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El método Deco: perder el estilo (y la fiesta) | Fútbol | Deportado

La entrevista fue en la época del primer esplendor de Laporta. Si la casa Lu Martín en Deco, era muy buena y tenía un título redundante y magnético para los que creamos a ciegas en los intangibles de Cruyffismo. “Si puedes perder un partido, pero no tu estilo”. La frase brillar se convierte en diamante recitada en alto. Pero, claro, el Barça compite con el Real Madrid de Vanderlei Luxemburgo, que hizo ese gesto de tocar un camión en pleno partido, que no hizo los turrones y que fue expulsado en diciembre de 2005 (la verdad es que no in diferido como Xavi). Después de llevarle el feliz cumpleaños a López-Caro y al Madrid, los torturé en el ADN, si pensaba en el próximo partido que ganaría. Deco, además de ser el único futbolista capaz de marcar sin fallar (marcó cinco goles en un mismo tiempo), fue por tanto el motor de aquel equipo. Y dado que es hemeroteca, también es depositaria de esencias. Pero el tiempo es cruel con los tacos retóricos.

Otro día, en Portugal, el director deportivo del Barça concedió otra entrevista y yo dije todo lo contrario. Anuncié que el método “mar qué mar” era popular. Y también la que rompe con el pasado. “La nueva dirección es fundamental y el presidente está en sintonía con ello. Si es necesario un cambio profundo.» Aunque se publicara este dicho: “Necesitamos descubrir a alguien que cada vez rompa con el pasado y avance hacia un nuevo paradigma”. Tras la reseña, quién sabía si no volvería a realizar una entrevista, corrigió y aseguró que no era exactamente lo que yo había dicho y que, básicamente, lo que realmente dije Deco es lo que quería decir ahora. Pero no nos engañemos, no tenemos que ser muy distintos. Sí, es normal, porque cuando los malos papás pierden la paciencia. Estilo también. Y en el Barça podemos estar de acuerdo si tienen dos cosas que ver con el desagüe de Montjuïc. Y luego, si ha atormentado el alma de los aficionados (no la de los turistas que animaron a Domingo, claro), que no estés en el estadio.

El club está completamente desnaturalizado. En primer lugar, en el espacio, ¿por qué no jugar en casa? Es el equipo más popular de su barco. Incluso en estilo y resultados, que les dejaban a diez puntos del Real Madrid. Pero, sobre todo, en los planos, donde la sensación de improvisación y el dinero que el club debe a Fondos de Inversión hielan la sangre. El método de gestión, sin embargo, parece agotador. Y esperemos que él no sea también el club. Pero la caída es tan pronunciada que no está claro que la medida de Xavi vaya a ser la última de esta temporada. ¿El campeón? El Nápoles vanono, asta ahí tiramos, creen algunos. ¿Estás en Granada? ¿Eres Villarreal? Ocho goles en casa. Sólo una cosa más: aquí, en Italia, estamos encantados con el destino.

Luego está lo del modelo, un aburrido. El Barça, mucho antes de la llegada de Cruyff, ya se había acercado a la tradición del fútbol centroeuropeo. El húngaro, el alemán. Luego en el holandés. Juego de posición y toque. Un modelo, que debe pronunciarse con palabras decorativas, no británicas. El portugués, por su parte, es hijo natural de la excelencia primordial de Mourinho, que ganó la Liga de Campeones en Oporto. Deco fue también el agente que dibujó a Raphinha y el autor intelectual del Fichaje de Vitor Roque por 61 millones. ¿Cuál será tu paradigma ahora?

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By Kujsnrg7j

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